La actividad física se relaciona con una mejor salud inmunológica

Revisamos tres estudios que encuentran asociaciones entre la actividad física y un menor riesgo de infección e hipertensión, y cómo el ejercicio media en los riesgos de mortalidad relacionados con la obesidad.

El Informe sobre los beneficios del ejercicio para la salud es una serie de artículos en la que seleccionamos tres artículos revisados por expertos, resumimos las principales conclusiones y proporcionamos imágenes en las redes sociales para que las compartas con tu comunidad. Puede leer los artículos anteriores aquí.

La pandemia de COVID-19 puede mostrar signos de mejora en algunas áreas, pero mantener un estilo de vida físicamente activo sigue siendo un reto. Sabemos que el ejercicio es una medida clave para mantener una buena salud y bienestar físico y mental. La edición de este mes del Informe sobre los beneficios del ejercicio para la salud abarca:

  1. Una revisión sistemática que encuentra una asociación entre la actividad física y un menor riesgo de infección y mortalidad por infección,

  2. Un estudio que ha descubierto que los niveles de actividad física elevados en la edad adulta temprana y a lo largo de la vida protegen contra la hipertensión, y

  3. Un estudio que demuestra que la actividad física media los riesgos de mortalidad relacionados con la obesidad.

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La actividad física reduce el riesgo de infecciones respiratorias y aumenta la inmunidad de las vacunas

La actividad física desempeña un papel fundamental en la prevención y el tratamiento de las enfermedades no transmisibles, y algunas pruebas indican que la actividad física beneficia a la salud inmunitaria. Estudios recientes han demostrado una relación entre la actividad física y la disminución de las probabilidades de padecer una COVID-19 grave. Una revisión sistemática publicada en la revista Medicina del deporte analizó la relación entre la actividad física y varios marcadores de la salud del sistema inmunitario, como las células del sistema inmunitario, las concentraciones de anticuerpos y el riesgo de infección, hospitalización y mortalidad.

Según los resultados, la actividad física se asoció con un 31% menos de riesgo de infección adquirida en la comunidad y un 37% menos de riesgo de muerte por enfermedad infecciosa. Los programas de actividad física conducen a un aumento de los niveles de células CD4 y de inmunoglobulina IgA. Además, las concentraciones de anticuerpos fueron mayores tras la vacunación cuando se combinó con un programa de actividad física.

Los autores concluyen que "la actividad física regular, de moderada a vigorosa, se asocia con un menor riesgo de enfermedades infecciosas adquiridas en la comunidad y de mortalidad por enfermedades infecciosas, mejora la primera línea de defensa del sistema inmunitario y aumenta la potencia de la vacunación".

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Un mayor nivel de actividad a lo largo de la vida protege contra la hipertensión

Se sabe que la actividad física tiene efectos cardioprotectores. La hipertensión -o la presión arterial alta por encima de 130/80 mmHg- es un factor de riesgo común para las enfermedades cardíacas, y la actividad física es una importante estrategia no médica para prevenir o controlar la presión arterial alta. Un estudio publicado en el Revista Americana de Medicina Preventiva analizó la relación entre la actividad física en la edad adulta joven, así como a lo largo de la vida, y el riesgo de hipertensión. En el estudio, los investigadores analizaron los datos de 5.115 personas que formaban parte de un estudio de cohortes a largo plazo. Se preguntó a los participantes sobre los niveles de actividad física durante los 12 meses anteriores en cada uno de los 9 exámenes realizados durante los 30 años de seguimiento.

Según los resultados, un bajo nivel de actividad física a los 18 años se asociaba a un mayor riesgo de desarrollar hipertensión, y un nivel de actividad más bajo durante los 30 años siguientes también aumentaba el riesgo. Cumplir las directrices de actividad física no protegía contra la hipertensión, pero hacer el doble de la cantidad recomendada, es decir, unos 300 minutos de ejercicio moderado y vigoroso a la semana, a los 18 años y continuar con niveles elevados de actividad durante los 30 años siguientes sí reducía el riesgo de hipertensión.

Estos resultados sugieren que pueden ser necesarios niveles de actividad superiores a los recomendados para proteger contra la hipertensión a largo plazo.

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La actividad física mediatiza los riesgos de mortalidad relacionados con la obesidad

La obesidad se ha relacionado con un elevado riesgo de mortalidad, aunque las pruebas indican que la actividad física puede ayudar a atenuar ese riesgo. Sin embargo, esa evidencia está limitada por el uso del índice de masa corporal (IMC) como medida de la obesidad. Un estudio publicado en Actas de la Clínica Mayo analizó los datos de un gran estudio de cohortes del Reino Unido para evaluar la relación entre los niveles de actividad física y el riesgo de mortalidad en una amplia gama de categorías de IMC, porcentaje de grasa corporal y perímetro de cintura. El estudio incluía datos de 295.217 participantes.

Los resultados mostraron que los niveles elevados de actividad se asociaban a una menor mortalidad en todas las categorías de adiposidad, excepto en el IMC superior a 35. El mayor riesgo se observó en las personas con niveles de actividad bajos y grasa corporal alta, en comparación con las que tenían niveles de actividad altos y grasa corporal baja. La actividad física también atenuó el riesgo de mortalidad asociado a un mayor porcentaje de grasa corporal y al perímetro de la cintura.

Estos resultados subrayan la importancia de hacer que la actividad física y el ejercicio físico incluyan a las personas con sobrepeso y obesidad. Los clubes tienen un papel fundamental a la hora de apoyar a personas de todas las capacidades para que sean activas.

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Alexandra Black Larcom

Alexandra Black Larcom, MPH, RD, LDN, ocupó anteriormente el cargo de Directora Senior de Promoción de la Salud y Política Sanitaria de IHRSA, un puesto dedicado a crear recursos y proyectos para ayudar a los miembros de IHRSA a ofrecer programas de salud eficaces y a promover políticas que hagan avanzar al sector.