A medida que nos adentramos en la pandemia del COVID-19, se ha puesto de manifiesto el carácter esencial de la actividad física regular, incluso cuando los responsables políticos de todo el mundo han transmitido con sus acciones el mensaje de que consideran que el sector del fitness no es esencial.
Muchas personas de diferentes orígenes, edades y capacidades quieren hacer ejercicio en su club, pero muchas también se enfrentan a barreras para hacer ejercicio. Estas barreras pueden incluir obstáculos bien conocidos como el tiempo, el coste, el transporte y la intimidación, así como actitudes negativas percibidas, discriminación y falta de inclusión. La incertidumbre en torno al COVID-19 ha añadido una nueva barrera, especialmente para las personas mayores de 65 años y las que padecen enfermedades subyacentes.
La imagen predominante de los gimnasios como no esenciales se ha atribuido en parte a las percepciones en torno a la limpieza de los centros de fitness y la falta de un amplio atractivo (en el mejor de los casos, los gimnasios llegan al 20% de la población).
El público necesita saber que, como industria, somos un lugar solidario, acogedor e inclusivo para personas de todas las edades, orígenes y capacidades.
Aquí es donde entra en juego el Compromiso Activo para Todos, el primer paso para ampliar el alcance de nuestro sector y lograr una mayor inclusión de todas las personas en el fitness y el deporte.
¿Cuál es el objetivo del juramento?
El propósito de este compromiso es sencillo: Inspirar a la industria para que los adultos y los niños de todas las edades, orígenes y capacidades puedan ser más activos.
Los clubes por sí solos no pueden hacer frente a todas las barreras, pero tenemos el poder de crear un sector deportivo y de fitness inclusivo. Podemos ayudar a personas de todas las capacidades a participar plenamente en el deporte y el fitness, y asegurarnos de que nadie se sienta incómodo o intimidado. Podemos innovar y adaptar nuestra oferta para crear un espacio (virtual o físico) para cada persona.
La inactividad física es un problema mundial, y el panorama suele ser peor para quienes viven con discapacidades. Cuando la Cátedra UNESCO preguntó a los clubes de fitness sobre sus miembros con discapacidad, el 57% declaró tener un 10% de miembros -o menos- con discapacidad, y el 28% declaró no tener ningún miembro con discapacidad. La pandemia del COVID-19 no ha hecho más que aumentar estas disparidades.