Consejos a los clubes de salud para sobrevivir a la pandemia de COVID-19

Escrito por Rick Caro, cofundador de IHRSA, anterior propietario de un club, operador, consultor, miembro de la Junta de IHRSA e inversor de clubes.

En mis 48 años en la industria de los clubes de salud, nunca he sido testigo de un desafío tan sísmico como esta pandemia. Pero también me ha impresionado mucho el ingenio y la perseverancia de los dirigentes de los clubes para superar un obstáculo tras otro a pesar de los vericuetos de la normativa gubernamental. Además, la percepción que tiene el público de la seguridad en los ambientes interiores ha creado obstáculos monumentales para todos los operadores de clubes y estudios.

Liquidez, liquidez, liquidez

Cuando entré en el sector de los clubes hace cinco décadas, la directriz de tres palabras era: Ubicación, ubicación, ubicación. Evidentemente, se trataba de un llamamiento a la identificación de las condiciones adecuadas del mercado y a la creación del emplazamiento ideal a largo plazo. Dada la pandemia, la supervivencia ha hecho que todos los operadores de clubes accedan a capital adicional. Esto ha llevado a muchos a atraer capital adicional de inversores existentes o nuevos, a rehacer las relaciones de deuda con los prestatarios, a acceder a la financiación gubernamental (cuando sea posible), a efectuar ajustes en los alquileres de los propietarios, a recortar drásticamente los costes y a crear relaciones revisadas con los proveedores.

Desgraciadamente, muchos tenían planes para un solo cierre gubernamental y sólo para una duración limitada. Para muchos, esta planificación no contemplaba un cierre mucho más prolongado o un segundo cierre, restricciones mucho mayores en las operaciones (uso limitado de ciertos espacios interiores, horarios limitados, procedimientos limitados) y un nivel mucho más bajo del número de socios que aceptarían volver pronto tras la reapertura de los clubes.

Alianzas estatales

Esta pandemia desencadenó una unión única de clubes en estados que nunca habían contemplado ese interés compartido entre competidores. El objetivo inicial era la reapertura. Lo que quedó claro es que el sector de los clubes tenía una lista de retos importantes que superar. A menudo, no tenía voz directa ante los dirigentes de un estado o condado. La industria tenía una imagen negativa, al igual que otros espacios cerrados (bares, restaurantes, casinos, estadios, etc.) de ser posiblemente un "súper propagador" del virus. No se consideraba realmente una parte preventiva de la atención sanitaria continua. No tenía ninguna investigación independiente que aportar sobre la falta de transmisión de gotas en los clubes, a pesar de los nuevos y extensos protocolos de limpieza y la mejora de los sistemas de filtración de aire. Los funcionarios sanitarios locales o estatales no lo diferenciaron. Se hicieron varias referencias a incidentes en Corea del Sur o a declaraciones del CDC (Centro de Control y Prevención de Enfermedades), que perjudicaban al sector de los clubes.

Cuando se acumularon las frustraciones en algunos de estos estados, se iniciaron demandas por parte de las alianzas de clubes estatales contra los gobernadores. Este concepto no ha funcionado. Estas demandas son muy costosas. Al investigar varios, todos estos funcionarios estatales han retrasado y aplazado cualquier paso positivo en el proceso legal. En algunos casos, han creado una respuesta negativa por parte de los líderes estatales. Aparentemente, los líderes del gobierno estatal han indicado que se asegurarán de que estos casos legales no tengan un resultado oportuno. De hecho, las cosas se han vuelto más difíciles de cara al futuro.

Pasos alternativos recomendados

Hay tres pasos mejores para resolver la cuestión de la reapertura para que tenga éxito a largo plazo. En primer lugar, los clubes y la IHRSA (su asociación comercial) deberían trabajar conjuntamente para implicar a la comunidad médica.

Una autoridad médica muy respetada en uno de los 25 hospitales médicos más preeminentes a nivel nacional influirá positivamente en los funcionarios de salud del estado. Un experto en enfermedades infecciosas de la Clínica Mayo tiene "prestigio" ante un funcionario de salud del estado y, especialmente, ante un funcionario de salud del condado. Un experto reconocido de una tercera parte puede llevar el día, mientras que incluso un médico local no puede. Esto puede requerir el uso de dólares para pagar su experiencia profesional. Requiere llegar a los niveles más altos de los médicos en una variedad de disciplinas (cardiología, ortopedia, salud mental, salud de la mujer, pulmonología, etc.) en algunas de estas 25 instituciones médicas principales. Esto significa establecer una red para llegar a ellos y hacerlo de forma oportuna. Si todos los dirigentes de los clubes pueden identificar a esos médicos destacados ante la IHRSA, esto puede redundar en beneficio de todos los clubes de EE.UU.

En segundo lugar, el sector carece de una investigación adecuada que demuestre que cuando los clubes siguen los protocolos obligatorios (exigidos por las autoridades gubernamentales locales o estatales), no hay transmisión del virus. Disponer de instrumentos para medir esto de forma rápida para una amplia variedad de tipos de clubes y estudios (pequeños, medianos y grandes con diferentes tipos de espacios) consolidaría la validación de terceros de que las regulaciones promulgadas para los clubes son apropiadas dado el seguimiento adecuado del club para permitir un uso responsable en interiores. Esta investigación no existe en este momento. La IHRSA está realizando varios estudios, pero aún no se han completado. Es posible que sea necesaria una mayor participación en diversos estados.

En tercer lugar, la mayoría de las autoridades gubernamentales creen realmente que habrá algunos clubes o estudios que no se ajustarán a la normativa. Por lo tanto, estos líderes gubernamentales locales y estatales estarán predispuestos en contra de la categoría. Esto puede deberse a que unos pocos clubes de una alianza estatal pueden haber tenido un historial previo de no conformidad con las regulaciones estatales o locales y tener "registros" manchados con el fiscal general del estado, el departamento de asuntos del consumidor, el Better Business Bureau y otras agencias gubernamentales locales. Por lo tanto, los clubes deben ser proactivos ahora.

La IHRSA ha lanzado una promesa de Compromiso Activo y Seguro . Se trata de algo similar a lo que ya ocurre en los sectores de la hostelería, las aerolíneas y los restaurantes. Se trata de un compromiso de adhesión a normas como el distanciamiento físico, los protocolos de seguridad, los procedimientos de saneamiento y los sistemas de seguimiento de contratos. Si cada uno de los clubes de una alianza estatal se comprometiera con este entorno "Activo y Seguro", las autoridades entenderían la industria de los clubes por separado y -con suerte, de forma mucho más favorable- de una amplia variedad de otros tipos de uso para los espacios interiores.

Si esto aún no parece ser efectivo con los gobiernos, es posible que haya que recurrir a una empresa de validación de terceros para que ayude a aclarar cómo se comportan realmente los clubes y a controlar el virus adecuadamente.

Obviamente, con estos pasos sugeridos, lo ideal es tener una voz en la puerta de entrada del responsable de la toma de decisiones. A veces, puede haber un líder de la industria del club que tenga esa relación. Ese fue el caso en algunos estados recientemente. Este es el método de influencia preferido. Si se aplicaran las tres acciones anteriores más el uso de la influencia personal, no habría necesidad de considerar siquiera la posibilidad de emprender acciones legales.

¿Qué pasa con el incumplimiento?

Recientemente, se ha sugerido que los clubes permanezcan abiertos y desafíen el cierre ordenado por el Estado. Permanecer abiertos en tal circunstancia supone un riesgo legal real. Si alguien contrajera el COVID-19 y lo achacara al club, podría exigir sus facturas médicas y de hospitalización, y cualquier pérdida de ingresos del negocio sería responsabilidad del club. La carga de demostrar que el virus no se contrajo allí recae sobre el club. Ninguna compañía de seguros del club lo defenderá, ya que el club estaba violando las leyes. Si otros también se expusieran a causa de la propagación de este caso, el club correría el riesgo de todas las reclamaciones. Y, en el peor de los casos, si ese individuo muriera, el club estaría totalmente expuesto por millones de dólares basados en tablas actuariales. Todos los gastos legales correrían a cargo del club. El litigio podría durar entre 2 y 3 años. Los canales de las redes sociales se llenarían de prensa negativa. Esto podría dañar gravemente el valor del club y provocar su declive o desaparición.

En algunos casos, los propietarios han considerado desafiar los mandatos gubernamentales. En ese caso, los principales directivos del club estarían expuestos personalmente, y tampoco tendrían la protección de una compañía de seguros. Se impondrían grandes multas. Las relaciones públicas horribles -en este caso, todas las relaciones públicas negativas- seguirían inmediatamente y continuarían durante meses. Las consecuencias son significativas para una violación de la ley, tanto en términos de exposición monetaria como de reputación online y daños comerciales.

La solución es unirse, presentar la mejor imagen de la industria, seguir varias de las recomendaciones y evitar claramente cualquier actividad ilegal. Esta es una industria que puede mostrar una vez más su resistencia, unirse de una manera que nunca imaginó en marzo de 2020, y establecer nuevos estándares para las agencias gubernamentales y nuestros miembros actuales y futuros del club.