Discurso de la IHRSA 2018: Para perseverar, hay que mantener los "ojos bien abiertos

Aunque perdió la vista a los 19 años, Isaac Lidsky, sin inmutarse, se ha convertido en un exitoso abogado, empresario, autor y orador inspirador.

"Perdí la vista", dice, "pero gané la 'visión' para definir y crear la vida que quería para mí".

Describirá cómo otros pueden hacer lo mismo en su presentación de IHRSA 2018, "Eyes Wide Open", patrocinada por Daxko.

CBI: Su presentación principal en la 37ª Convención Internacional y Exposición Comercial de IHRSA se titula "Ojos bien abiertos". Una descripción en miniatura, si quiere...

ISAAC LIDSKY: En cada minuto, en cada momento, elegimos quiénes queremos ser y cómo queremos vivir nuestras vidas. Es nuestro poder definitivo y nuestra responsabilidad ineludible. "Ojos bien abiertos" trata de tomar el control, tomar esas decisiones con conciencia, intención y propósito, y rendir cuentas.

CBI: La presentación se basa, en parte, en su exitoso libro, cuyo subtítulo es "Superar los obstáculos y reconocer las oportunidades en un mundo que no ve con claridad". ¿Qué quiere decir con "no puede ver con claridad"?

IL: Somos los dueños de nuestras propias realidades, pero no siempre lo sentimos así. Con demasiada frecuencia, nos creemos las horribles ficciones de nuestros miedos; percibimos mal el éxito y el valor de nuestras vidas; pasamos por alto los matices de la "suerte"; perpetuamos nuestras inseguridades y vanidades; y luchamos por escucharnos unos a otros y a nuestros propios corazones.

Cuando percibimos nuestras autolimitaciones -las maquinaciones de nuestra propia mente- como una verdad objetiva e inmutable, no estamos viendo con claridad.

CBI: El énfasis en la visión proviene obviamente del hecho de que, en 1993, se le diagnosticó retinosis pigmentaria, que finalmente le dejó ciego. ¿Puede describir el proceso personal e interno que le llevó a partir de ese diagnóstico a centrarse, como autor y conferenciante, en la visión?

IL: Lo que vemos se siente como la "verdad", algo que está ahí fuera, que es la realidad objetiva, que es factual, que es universal. Pero, a medida que mis ojos se iban deteriorando, vi literalmente, de primera mano, que la experiencia de la vista es totalmente diferente. Es una realidad virtual única y personal que se construye en el cerebro y que implica mucho más que nuestros ojos.

Empecé a buscar otros ejemplos de formas en las que estaba percibiendo erróneamente, como "verdad" objetiva, las creencias y suposiciones que eran, en realidad, creaciones propias, creaciones que podía cambiar. Esta visión "con los ojos bien abiertos" me permitió tomar el control de mi realidad y mi destino.

CBI: Usted dijo una vez que "por extraño que parezca, perder la visión ha sido, en cierto modo, una experiencia gratificante para mí". Una observación un tanto inesperada; por favor, explique.

IL: Cuando me diagnosticaron mi enfermedad, sabía que la ceguera arruinaría mi vida. Me equivoqué. Perdí la vista, pero gané la "visión" para definir y crear la vida que quería para mí. Resultó ser una profunda bendición, que quiero compartir con los demás, para que ellos también puedan hacer uso de los conocimientos que adquirí con la ceguera.

CBI: Usted se licenció en la Universidad de Harvard y en Derecho en Harvard; fue asistente jurídico de las juezas del Tribunal Supremo Sandra Day O'Connor y Ruth Bader Ginsburg; cofundó un negocio de optimización de la publicidad en Internet que acabó vendiéndose por 230 millones de dólares; y ha convertido su actual empresa, ODC Construction, LLC, que estaba en crisis, en un negocio próspero. ¿Qué le motiva?

IL: Ser padre. Es, sin duda, la experiencia más importante y gratificante de mi vida, y también la más difícil con diferencia. Para mí, ser padre ha llevado mi responsabilidad personal a un nivel completamente nuevo.

Enseñamos a nuestros hijos mucho más con nuestras acciones que con nuestras palabras; ellos aprenden de nuestro ejemplo. Sé que tengo que mostrar a mis hijos los comportamientos y las técnicas que quiero para ellos en sus vidas; no puedo limitarme a hablar de esas cosas. Es una gran responsabilidad. Ha subido mucho la apuesta.

En el trabajo y en casa, mi visión de ojos abiertos me ha aportado una alegría, una satisfacción y un éxito inconmensurables. Es algo en lo que trabajo a diario, y es liberador y fortalecedor.

CBI: ¿Has dudado alguna vez de ti mismo? ¿Ha fracasado alguna vez?

IL: ¡Sí y sí! ¡A menudo! Abrir los ojos es mi aspiración diaria. Es una disciplina que requiere esfuerzo y compromiso. Me enfrento a las dudas, los miedos y las ansiedades como todo el mundo, pero me esfuerzo por ver a través de ellos.

De una manera hermosa, el fracaso es el progreso. Es conocimiento y sabiduría. Es el subproducto inevitable del crecimiento y el aprendizaje. Mis numerosos errores y contratiempos a lo largo del camino han sido a menudo mis mayores maestros en la vida.

El "fracaso" es 100% perspectiva.

CBI: ¿Qué impide a tanta gente perseguir y alcanzar sus sueños? ¿Falta de confianza? ¿Miedo al fracaso? ¿Cómo puede ayudar a la gente a pasar de una postura de "no puedo" a otra de "sí puedo"?

IL: Nuestros miedos pueden llevarnos a comprar una realidad falsa y horrible. Nos tememos lo peor, asumiendo que vamos a afrontarlo, pero la mayoría de los miedos nacen, o al menos se alimentan, de la ignorancia, de lo que no sabemos.

El truco es tener muy claro lo que realmente sabes y lo que crees saber. Cuando tenemos miedo, necesitamos asimilar toda la información que podamos, ampliar nuestra visión y cuestionarlo todo. Pero, con demasiada frecuencia, el miedo produce el efecto contrario.

Los héroes y villanos que percibimos en nuestras vidas nos inducen a desempeñar nuestro papel en la horrible realidad de nuestros miedos. Así es como nuestros miedos se autocumplen: cuando renunciamos a la responsabilidad, culpando y celebrando a los demás. Busca héroes y villanos

en tu vida. Son producto de tu imaginación. Tú eres el creador de tu realidad. Tú, y sólo tú.

CBI: Desde que adquirió ODC, la ha transformado de una empresa que fabricaba cimientos y armazones -lo que usted ha llamado "las tripas de una casa"- a un negocio de construcción y logística de servicios completos. ¿Qué es lo que "vio claramente" en la empresa que el anterior propietario no vio?

IL: Mi equipo y yo desarrollamos una visión compartida de una "mejor manera" de ofrecer servicios valiosos a nuestros clientes constructores de viviendas, y nos hemos comprometido con la excelencia en ese empeño. También nos divertimos mucho juntos. Ese es el verdadero núcleo de nuestro éxito.

CBI: Tras tomar el mando, introdujo una serie de cambios drásticos. Contrató a su propio equipo de trabajo, en lugar de depender de subcontratistas; contrató a un experto en ventas del sector; escribió su propio software para aumentar la eficiencia; desarrolló un sistema de logística; creó un equipo de gestión de proyectos que trabajaba desde una "sala de guerra"... ¿Qué tipo de proceso requirió todo eso?

IL: En el fondo, empezamos a cambiar la empresa adoptando un espíritu de curiosidad y, como he dicho, un compromiso de ser excelentes. Nos preguntamos "¿Por qué?" con respecto a cada aspecto de nuestro negocio, grande y pequeño. ¿Por qué hacíamos ciertas cosas de una manera determinada? ¿Cómo podríamos hacerlas mejor?

Nos centramos en el progreso incremental, el mejor paso siguiente en cualquier coyuntura. Nuestra prioridad era añadir valor al cliente. Nuestra cultura se definía y moldeaba por el entusiasmo, el afán de hacer algo especial juntos y de divertirse haciéndolo.

CBI: ¿Cómo afecta, informa o mejora su ceguera la forma de trabajar con su equipo?

IL: Como no veo los gestos ni las expresiones faciales, tengo que insistir mucho más en los comentarios verbales. En esencia, mi equipo se ve obligado a decirme lo que piensa.

Al principio, esto era incómodo, y temía que la incomodidad fuera el resultado de mi ceguera, que estuviera cargando a mi equipo y a la empresa de alguna manera. Ahora entiendo que la incomodidad es una parte natural de la comunicación significativa.

Cuando decimos a la gente lo que pensamos, nos volvemos vulnerables, y a menudo es incómodo, pero merece la pena, y es fundamental para el éxito de un equipo.

Al final, mi ceguera se convirtió en una gran ventaja para mi empresa y para mí como líder. Nos llevó a mí y al equipo a comunicarnos a un nivel más profundo, nos ayudó a evitar ambigüedades y dejó claro a todos que lo que piensan realmente importa.

CBI: ¿Y el cambio ha llevado a ODC de lo que era entonces a lo que es hoy, en términos de tipo de negocio, número de empleados, ingresos y perspectivas de futuro?

IL: De 2011 a 2017, pasamos de una docena de empleados corporativos a más de 150; de unos 80 trabajadores a tiempo completo a más de 400; de una instalación en Florida a cuatro; y de perder dinero con unos 15 millones de dólares de ingresos a unos márgenes de beneficio saludables con aproximadamente 200 millones de dólares. Ayudamos a construir más de 5.000 viviendas en 2017, y seguimos creciendo rápidamente...

CBI: ¿Recomendaría a otros propietarios de negocios -como los operadores de clubes- que periódicamente dieran un paso atrás, revisaran todos los aspectos de su negocio y consideraran la posibilidad de implementar cambios en profundidad?

IL: No necesariamente. Creo que hay que empezar con una pregunta más amplia: la de definir tus objetivos en la vida. ¿Qué es lo que realmente quieres lograr? ¿Quién quieres ser y cómo quieres vivir tu vida? ¿Puedes comprometerte con tus respuestas y tomar la decisión sincera y consciente de trabajar para conseguir esos objetivos?

En tu negocio y en tu casa, la prueba es: ¿Cuáles son las diferencias entre la forma en que te gustaría vivir tu vida y la forma en que realmente la vives -las diferencias en términos de quién eres, cómo tratas a los demás, cómo permites que los demás te traten, cómo pasas tu tiempo y lo que logras?

Si esas cosas son diferentes, y no estás haciendo nada al respecto, entonces es necesario un cambio total. Hay que entender el resultado deseado antes de empezar a averiguar cómo hacerlo realidad.

CBI: ¿Qué deben hacer los propietarios para tener ese tipo de visión?

IL: La claridad de visión exige que seas absolutamente honesto contigo mismo y que te responsabilices de tus pensamientos, creencias, opiniones y acciones. Nos hacemos un gran daño cuando nos mentimos a nosotros mismos.

Pero es aún peor cuando evitamos enfrentarnos a nosotros mismos. Creo que la introspección es una habilidad descuidada que es fundamental.

CBI: Los gimnasios, en muchos casos, se dedican a ayudar a las personas a dar un giro a su estilo de vida. ¿Algún consejo sobre cómo pueden ayudar a la gente a hacerlo?

IL: Nuestras mayores aspiraciones suelen ser abrumadoras a escala. Experimentamos el éxito en el momento, el siguiente mejor paso, en el proceso de esforzarse realmente hacia una noble búsqueda. Sin embargo, cuando nos fijamos en un objetivo lejano, podemos desanimarnos o perdernos.

Teniendo esto en cuenta, creo que la perspectiva es clave. "Quiero hacer más ejercicio porque quiero perder 15 kilos" es una perspectiva desalentadora. "Quiero sentirme más sano", o "merezco invertir tiempo y esfuerzo en mi bienestar", o "hago ejercicio para sentirme más feliz y con más energía", son propuestas más sostenibles.

Haz que el "objetivo" sea un subproducto de un compromiso de estilo de vida, no la única razón para ello.

CBI: Usted dijo una vez: "Si vas a evaluar tu suerte en la vida o tus circunstancias, es justo mirar el cuadro completo . Y desde esa perspectiva, soy más que afortunado". Concretamente, ¿por qué cree que es más que afortunado?

IL: Me tocó la lotería cósmica al nacer: nací en el seno de una familia de clase media en Estados Unidos, con unos padres que me querían y me cuidaban, y con tres maravillosas y talentosas hermanas como modelos a seguir. Nunca he pasado hambre, ni me ha faltado techo, ni atención sanitaria, ni una educación de calidad. He tenido la suerte de vivir numerosas y fenomenales experiencias en mi vida. Y, por supuesto, comparto esa vida con una esposa a la que admiro y adoro, y con nuestros cuatro hermosos hijos. No tengo absolutamente nada de lo que quejarme, sea o no ciego.